Con el declive de Joe Biden en la carrera del Partido Demócrata, Kamala Harris, la actual vicepresidenta, se perfila como una posible candidata para las elecciones presidenciales de noviembre. Harris, conocida por su lucha contra el cambio climático y el conflicto con la industria petrolera, ha dejado claro que apoyará al candidato demócrata, sea quien sea.
Como fiscal general de California, Harris acusó a varias compañías petroleras de irregularidades. Esta experiencia ha llevado a los expertos a concluir que Harris puede ser más duro que Biden en cuestiones de contaminación y justicia ambiental.
Según Bloomberg News, muchos analistas creen que Harris ha centrado su atención en la industria de los combustibles fósiles, un área en la que Biden ha sido más flexible. Aunque Biden prometió prohibir nuevos arrendamientos de petróleo y gas en tierras públicas, no ha cumplido plenamente esa promesa durante su mandato.
En 2016, Harris demandó a Southern California Gas Company por una fuga de metano que obligó a la evacuación de 4.000 familias y a BP por violaciones a las estaciones de almacenamiento. Ambos casos resultaron en pagos millonarios a las empresas.
Durante su campaña presidencial de 2019, Harris presentó una agenda ambiental más ambiciosa que Biden, proponiendo un impuesto al carbono y una inversión de 10 mil millones de dólares para combatir el cambio climático. También expresó su intención de prohibir el fracking, lo que no sentó bien a los republicanos.
Harris criticó la extracción de petróleo en alta mar y trató de limitar la perforación frente a la costa de California. Como fiscal general, se opuso a la concesión de permisos federales para el fracking en el Océano Pacífico.
Estados Unidos produce 13 millones de barriles de petróleo crudo por día y es uno de los mayores productores del mundo. La historia de Harris sugiere que si llegara a ser presidenta, sería una fuerte opositora de la industria petrolera.
Además de su enfoque en el medio ambiente, Harris ha estado involucrada en la legislación sobre justicia climática y apoyó una propuesta de la Reserva de Nativos Americanos Sioux de Standing Rock para cerrar el oleoducto Dakota Access.
Harris ha presionado para que se apliquen las leyes ambientales a nivel federal, responsabilizando a los contaminadores y proponiendo sanciones más severas para las empresas que no cumplan con las leyes federales.
RL Miller, delegado del Comité Nacional Demócrata de California, dijo que Harris continuaría el legado de Biden pero llevaría sus políticas ambientales a un nuevo nivel.
Desde que Biden anunció su retiro, el Partido Demócrata ha recaudado más de 50 millones de dólares en pequeñas donaciones en línea. La campaña Biden-Harris cuenta actualmente con 96 millones de dólares, aunque los demócratas enfrentan competencia financiera de los republicanos, que han recibido un importante apoyo financiero para sus campañas.
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