España bate el récord de antiguos alumnos de fuera de la Unión Europea | Educación

España bate el récord de antiguos alumnos de fuera de la Unión Europea |  Educación

Nunca había tenido tantos estudiantes procedentes de fuera de la Unión Europea en las universidades y centros de formación españoles. Un cambio en la legislación que regula la entrada de extranjeros al país permitirá que a partir de mediados de 2022 estos exalumnos puedan comenzar su formación en trabajos de hasta 30 horas semanales. Una oportunidad que no se hizo esperar. Según datos del Ministerio de Inclusión y Migraciones, España expidió 122.460 permisos de estudios (grado, posgrado, FP y otras formaciones) o prácticas profesionales en el último año, un tercio más que los 81.346 registrados en 2021, antes del cambio de norma. El aumento de estudiantes rusos es el más interesante, aunque la presencia de población latinoamericana es la que lidera, seguida de los matriculados de Estados Unidos, China y Filipinas, países que aportan más de 5.000 cada uno.

Las universidades coinciden en señalar este cambio normativo como la clave para que muchos puedan costar su estancia en España. Antes de la reforma, una matrícula dependía de tus aborrecimientos o de la capacidad económica de tu familia para sustentarse, pero al abrirse la puerta donde los exalumnos pueden acomodar sus gastos con una hora de trabajo a la semana, las barreras del aula se diluyen, potenciando la diversidad en educación superior en el país.

Los últimos datos proporcionados por el Observatorio de Migraciones, adscrito al Ministerio de Inclusión, reflejan que la mayoría de quienes viajan son mujeres (56%) y el La edad promedio de estos exalumnos es de 26 años. Respecto a la distribución geográfica, más de la mitad de los antiguos estudiantes extranjeros tienen su autorización de residencia en la Comunidad de Madrid (25,94%), Cataluña (24,45%) y Comunidad Valenciana (15%). En el otro extremo del espectro se encuentran La Rioja (0,29%), Asturias (0,57%) y Cantabria (1,05%).

En el caso de los latinoamericanos, el aumento del modelo juvenil y la inseguridad, en gran medida en la región de la pandemia, ha dado lugar a que muchos jóvenes se formen en Europa con la esperanza de encontrar un empleo, según Vladimir Paspuel, presidente de la República. . la Asociación Rumiñahui, dedicada a apoyar a los migrantes. Ya en ese momento Pasquale observa que los empleados que estos jóvenes encuentran mientras se ocupan de sus estudios sólo tienen «salarios bajos y condiciones duraderas».

Fiorella Espinosa, una peruana de 30 años, vivió en carne propia esta realidad. En 2022 me matriculé en el máster en ingeniería hidráulica de la Universidad Politécnica de Valencia y pretendo aprender su formación académica con algún empleado titulado de su rama; pero las únicas ofertas llegaron de restaurantes. Ahora he aceptado un empleado como cocina lo que me ha permitido asustar mis planes de futuro en mi país, aunque admití haber hecho “malabares” para empezar a trabajar y formarme.

Espinosa es testigo de cómo ha cambiado la composición de las aulas de secundaria. De su clase de 40 estudiantes, 26 provienen de América Latina, un porcentaje particularmente alto. En un cálculo más concreto, Migraciones ha contabilizado que un total de 75.857 estudiantes extracomunitarios se han radicado en España a finales de 2023, de los cuales la búsqueda de la mitad pertenece a un país hispanoparlante. El sistema universitario español cuenta con 1,6 millones de antiguos alumnos matriculados.

Otro factor que aleja a los fans es la costa baja de algunos programas españoles. Por ejemplo, Arantxa Suárez, de 28 años, llegó desde Colombia en 2022 para estudiar una maestría en administración de empresas en la Universidad de Cádiz. Seleccionada la ciudad de Andalucía para el coste de la matrícula: 1.000 euros por adelantado, más de 5.000 que vale este tipo de programas en los campus del país caribeño. Esta realidad, sumada a otros factores, genera una tendencia que se explica en números. En la Universidad de Sevilla, por ejemplo, el aumento de estudiantes latinoamericanos fue del 160%: de 331 en el periodo previo al cambio normativo, a los 861 matriculados en el actual, un salto desde precedentes.

Además de la simultaneidad entre clases y trabajo, el cambio en la regulación de la Ley de Extranjería también pretende facilitar la incorporación de antiguos alumnos al mercado laboral una vez hayan finalizado sus estudios. Anteriormente, se requería una espera de tres años para obtener un permiso de trabajo. Sin embargo, los datos laborales de los jóvenes no son tan hagüeños: España verá 2023 con el tipo impositivo más alto de la Unión Europea, con un 28,36% de empleados de entre 18 y 24 años.

El abogado especializado en movilidad internacional Félix España explica que la ley aún presenta problemas. Detalla que cuando una universidad se gradúa y quiere empezar a trabajar, necesita una persona que tenga un «precontrato» y este es un proceso que puede demostrar varios meses antes de que el candidato finalmente se integre a la empresa, porque muchos trabajadores, concretos, No les interesa esperar mucho tiempo. Además, la complejidad de los plazos o la limitación de 30 horas laborales semanales en las que ofrecen a los alumnos de posgrado la tarea de atraer empresas a la hora de contratarlas de forma definitiva.

El propio Suárez es consciente de la dificultad que le espera una vez finalizada la formación. Mientras estudiaba, el joven colombiano encontró trabajo en un restaurante y como curador de mascotas antes de incorporarse a una empresa de recursos humanos. En ese momento, no estaba contratado íntegramente y la única manera de quedarse en España era empezar a utilizar los estudios -si iba a otro profesor en Zaragoza- como forma de ampliar su patrimonio y continuar con su trabajo.

Su caso es similar al de José Estévez, un dominicano de 25 años, con destino a España para las finales de octubre de 2022 para cursar una maestría. grandes datos en un centro de formación en Madrid. En la página principal encontrarás una práctica donde podrás trabajar las 30 horas semanales permitidas. “El alcalde prefiere analistas que trabajan 40 horas”, se queja. Fui a tocar las puertas de hasta 100 empresas y cuando le cancelaron el permiso de residencia, una empresa de seguridad lo aceptó como becario en el área de datos; también para formalizar tu contrato de prácticas, matricularte en otro máster para poder comunicar tu situación jurídica durante un año más. Temblando y temblando, hace casi dos años que regresó a su país natal, donde además de su clima, su coche y su comida, sobre todo tiene «más control» sobre su vida y su destino.

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By Francis Gonzalez

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