Chile quiere abrirse más al mar: buscan inversores para millonario proyecto portuario | Negociaciones

Chile quiere abrirse más al mar: buscan inversores para millonario proyecto portuario |  Negociaciones

Asegurar el abastecimiento de los ocho millones de habitantes que habitan la zona central de Chile y no detenerse en el camino para recibir las nuevas embarcaciones a 400 metros de distancia. Estos son los dos grandes desafíos que ha atravesado el Gobierno de Chile en busca de socios para construir el lamado Puerto Exterior de San Antonio, que deberá figurar en la actual infraestructura portuaria de San Antonio, en las alcaldías del país, entre otras. las cinco más importantes de la región, triplicando la capacidad efectiva hasta 90 millones de toneladas al año.

Durante su visita a Madrid para una reunión informativa con empresas interesadas, el Ministro de Transporte de Chile, Juan Carlos Muñoz, y el director de Puerto San Antonio, Ramón Castañeda, conversan con EL PAÍS sobre una infraestructura que ha empezado a pensar en el gobierno de Michelle Bachelet en 2009 y esperábamos entrar en funcionamiento en 2036, tras una inversión de 4.000 millones de dólares: 1.500 millones financiados por la empresa portuaria estatal para infraestructura básica; y otros 2.500 millones que pagarán las empresas privadas que obtuvieron la licitación para liberar y explorar los frentes de atraque (la licitación está prevista para el segundo semestre de 2025).

Según el ministro Muñoz, el proyecto no pretende reducir los costes actuales de los movimientos de carga «razonablemente eficaces teniendo en cuenta el flujo de billetes que se reciben», sino que se lanzan a un futuro que buscan en el que la capacidad sea insuficiente. Algo así parecía estar pasando en Perú, el vecino del norte, donde a finales de este año comencé a operar el nuevo puerto de Chancay. Financiado por la empresa estatal china Cosco, será el primero de la región en términos de capacidad de carga y tono de billete.

El de Chile hoy no tiene inversores, pero en la presentación que Muñoz y Castañeda entablaron amistad en Madrid con empresas españolas como Dragados, OHLA, Acciona y Sacyr; francesas, como Eiffage Génie Civil Marine y Soletanche Bachy; holandeses, como Boskalis y Van Oord; y Belgas, como Deme Group y Jan de Nul. Según Muñoz, también están en conversaciones con empresas chinas y estadounidenses.

Chile sigue figurando entre los países latinoamericanos mejor situados para atraer inversores dispuestos a poner más de 2.500 millones. Como dijo Castañeda, «el evento en Madrid mostró mucho interés, tanto que literalmente hubo que agregar sillas». Una confianza que, en palabras de Muñoz, debe referirse tanto a los muchos años de «respeto a la jurisprudencia» en Chile como a «décadas de experiencia trabajando en alianzas público-privadas».

Con tantos países como Perú y Bolivia, Chile puede parecer un oasis de estabilidad. En los últimos cinco años, los poderes prácticos de estos países con aquellos a los que se enfrentan han demostrado su capacidad para dejar a los presidentes electos en sus puestos. El tercer vecino, Argentina, es también un ejemplo de previsibilidad: sólo en 2023 su índice de precios al consumidor aumentó un 211%. Pero también es cierto que el país gobernado con mano de hierro entre 1973 y 1990 por el general golpista Augusto Pinochet es también lo que era. Ninguna de las dos asambleas constituyentes formadas en los últimos cinco años ha elaborado un proyecto de Constitución lo suficientemente integrado como para ser aprobado en el plebiscito posterior. Seguimos la solución a los problemas que se hicieron visibles con la llegada de 2019, cuando miles de personas protestaron contra un modelo neoliberal que resultó insuficiente en la prestación de servicios básicos como pensiones, educación pública y salud.

Juan Carlos Muñoz, Ministro de Transporte de Chile. Álvaro García

De acuerdo con los datos de la agencia oficial Invest Chile, España ocupó la quinta posición en 2022 por la cifra de inversión extranjera dirigida a Chile, incluidos Canadá, EE UU, Países Bajos y Reino Unido. Aunque España no es el socio más importante, afirma Muñoz, “su impacto ha sido muy significativo en términos de desarrollo de infraestructuras y tecnologías”. “Nuestra línea de metro tiene trenes españoles, además de las obras de infraestructura evidentes que tenemos; En carreteras, hospitales, centros de salud y aeropuertos de Chile la industria española ha estado muy presente”, afirma.

Para un país con un PIB que cruzó la frontera de los 300.000 millones de dólares en 2023, una puerta de 4.000 millones de dólares es un retroceso considerable. Pero según los cálculos de Castañeda (el administrador del puerto), incluso el alcalde sería el costo de la congestión para una población que podría alcanzar los 10 millones cuando finalice el proyecto: “Para las importaciones y exportaciones del área central, estos costos podrían llegar a representar algo así como 3.000 millones de dólares cada año”, explica. No hables, dice, de la posibilidad de recibir nuevos billetes de 400 metros, de la esperanza que se está imponiendo como nueva norma y de las mejores eficiencias que ha permitido un proyecto de este tipo, “como la construcción de un corredor ferroviario”. que permite hacer la conexión desde el puerto a la ciudad de Santiago”.

burros en el manga

En la economía verde que viene, Chile tiene varios ases bajo la manga. Los más evidentes son la carrocería, que luego se adapta a nuevas conexiones eléctricas; y el litio, fundamental para las baterías. Pero el hidrógeno verde que puede generar sus molinos eólicos, en el sur, y sus placas fotovoltaicas, en el norte, también va a requerir inversiones a las puertas de las dos regiones. No sólo para exportarlo, dice Muñoz, sino para descargar las gigantescas hélices que levantan los nuevos molinos eólicos. “Los puntos con mejores condiciones para producir hidrógeno verde a nivel global están justo en el norte de Chile, para la fotovoltaica, y en Magallanes, que es el sector eólico”, explica.

Desgraciadamente, la razón que explica la mejora de esta nueva economía verde es el cambio climático que también genera costes adicionales en las infraestructuras portuarias. Según Castañeda, en la presentación de Madrid se mostraron todos los efectos de los petróleos en las infraestructuras portuarias, así como estudios sobre tsunamis. “Son todos aspectos que han sido absolutamente estudiados para dibujar lo correcto; Efectivamente no son sólo estudios teóricos, en Inglaterra también se ha construido una maqueta del puerto para colocarlo sobre los aceites que se puedan conseguir, haciendo los ajustes necesarios para la infraestructura”.

Sigue toda la información de Economía Y Negocio él Facebook Y Xo en el nuestro boletín semanal


By Francis Gonzalez

You May Also Like